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Hace mucho tiempo, el mundo se encontraba dividido en dos partes, el Tengoku y Assiah. Ambos coexistían en armonía, los ángeles viajaban de un mundo a otro protegiendo a aquellos que “lo merecían” y salvaguardaban que la justicia fuera así como ellos lo habían previsto. Los años transcurrieron con éste orden divino hasta que un día alguien se reveló, un ser que fue desterrado del cielo y condenado a caer hasta lo más profundo que le fuera posible, un ser que fue llamado Satanás. Es aquí que todo comienza, que todo desde el inicio del nuevo reinado hasta la creación de una nueva dimensión denominada Gehenna “infierno”, un reinado donde los demonios convivían. Y fue así que una batalla entre ambos se desató pero ésta no fue más que una masacre que realizó los miembros del Gehenna para con los del Tengoku consiguiendo alejarlos de la dimensión del Assiah pudiendo crear un portal, como si de un espejo se tratara, poseyendo dos caras y permitiendo a aquellos aptos para dominar correctamente el poder demoníaco tuvieran permitido abrir la puerta del infierno y acceder libremente tanto de un lado para el otro y viceversa. Un mundo torcido, ángeles, Demonios y Humanos.. como acabará todo? Eso, solo lo decides tu.
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Vivita do el bosque [James D'Rothschild priv.]
2 participantes
Ao no Exorcist Rol :: Ciudad :: Bosque
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Vivita do el bosque [James D'Rothschild priv.]
Estaba caminando por el bosque observando todo. No era la primera vez que me encontraba aquí. Durante mi primer año como exorcista había pasado mucho tiempo en este bosque. Entrenando y recordándome. El hecho de que ahora me encontrara aquí era para poder relajarme. La noticia de que mi antiguo mentor hubiera muerto asesinado me preocupaba, era como si yo atrajera la mala suerte. Me recargue en un árbol y me deje caer recargado en este. Era la primera vez que estando aquí no me sentía en paz.
Mire a mi alrededor. Sentí como si estuviera siendo vigilado. Aquello era algo molesto. Últimamente también mis sentidos me habían engañado. Cyluz me miro preocupado. El siempre era capaz de sentir cuando yo estaba mal. ¿Estas bien?
Tranquilo amiguito, estoy perfectamente Cyluz me miro aun extrañado, lo cual hizo que Eleathan se volviera en mi dirección. Acaricie la espalda de Eleathan tranquilizando la situación, ellos conocían mejor que nadie mis sentimientos. Pero nunca habían visto flanquear de este modo mi corazón, no sentía duda, solo rencor, tristeza, y dolor. Aquellos sentimientos solían contrariar a Eleathan y a Cyluz que por lo general solo veían el lado tranquilo de mi Tu puedes creer que todo esta bien. Pero nosotros sabemos que no es así ....
Cyluz guardo silencio, y ambos tomaron su forma original, volviéndose al horizonte y poniéndose en posición de batalla. Significaba que de verdad no estábamos solos, me puse de pie y mire hacia donde ellos esperando ver quien se acercaba
Mire a mi alrededor. Sentí como si estuviera siendo vigilado. Aquello era algo molesto. Últimamente también mis sentidos me habían engañado. Cyluz me miro preocupado. El siempre era capaz de sentir cuando yo estaba mal. ¿Estas bien?
Tranquilo amiguito, estoy perfectamente Cyluz me miro aun extrañado, lo cual hizo que Eleathan se volviera en mi dirección. Acaricie la espalda de Eleathan tranquilizando la situación, ellos conocían mejor que nadie mis sentimientos. Pero nunca habían visto flanquear de este modo mi corazón, no sentía duda, solo rencor, tristeza, y dolor. Aquellos sentimientos solían contrariar a Eleathan y a Cyluz que por lo general solo veían el lado tranquilo de mi Tu puedes creer que todo esta bien. Pero nosotros sabemos que no es así ....
Cyluz guardo silencio, y ambos tomaron su forma original, volviéndose al horizonte y poniéndose en posición de batalla. Significaba que de verdad no estábamos solos, me puse de pie y mire hacia donde ellos esperando ver quien se acercaba
Dan Foster- Exorcista Independiente
- Mensajes : 4
Fecha de inscripción : 06/03/2013
Re: Vivita do el bosque [James D'Rothschild priv.]
Tranquilidad, Soledad, silencio… como odiaba esas sensaciones que ahora mismo le abrumaban haciéndole ver que en definitiva el bosque no era lo que el mismo esperaba, si bien a cualquiera le iba de maravilla un poco de tiempo para estar a solas y reflexionar sobre sus actos, al albino no! Y en definitiva no le agradaba aquella sensación de abrumadora seriedad y tranquilidad. ¿Por qué? Se preguntaría cualquiera, y la respuesta era simple, el en definitiva no era alguien de quedarse quieto en algún lugar, por el contrario prefería un millón de veces el buscar algo que hacer antes de un tranquilo paseo acompañado solo de la luna llena.
Liberó un suspiro y llevó ambas manos a los bolsillos de su pantalón relajando un tanto su postura, despreocupado de su entorno en su totalidad, tan solo manteniendo el paso fijo; marcado, firme pero al mismo tiempo con precaución de donde pisaba. El clima en general no era malo, no obstante no era tampoco del agrado del demonio quien en aquellos instantes trataba de no ser afectado en su totalidad por el calor que predominaba en el bosque, producto de los fuertes rayos de sol que por ahora gracias a las robustas ramas de los árboles y el follaje de estas su llegada hacia el albino era prácticamente imposible.
¿Qué hacía ahí exactamente?, si se ponía a pensarlo y analizar la situación simplemente había sido primordialmente una forma de tratar de alejar el aburrimiento de si, y ahora evidentemente se arrepentía de haber hecho caso a si mismo en la ahora tonta idea de ir a dar un paseo al bosque.
Un ruido captó la atención del demonio, haciendo que sacudiera esos pensamientos de si y dirigiendo rápidamente la vista hacia la procedencia de dicho ruido; se trataba de al parecer un carnívoro que trataba de conseguir alimento. Contempló al animal por unos instantes con lujo de detalle, aquellos movimientos cautelosos y elegantes dignos de un cazador llamaron significativamente su atención, distrayéndose al ver como la presa pronto se convertiría en comida de un solo bocado a garras del carnívoro. Los labios del joven de cabellera blanca se curvaron esbozando una ladina sonrisa, le emocionaba y entretenía el ver aquella clase de escenas, recordándole como era el mundo fuera de aquel bosque cuyo único paisaje se concentraba en miles y miles de árboles los cuales hacían de hogar para la innumerable cantidad de animales que en dicho hábitat vivía.
La vida misma era un simple juego basado en matar o morir, en donde solamente había dos clases de personas, aquellos más audaces e inteligentes que se dedicaban a tomar las oportunidades y pisar a quien se tuviese que pisar para conseguir sus objetivos; los depredadores, o bien aquellos seres débiles que se dejaban pisotear siendo estos las presas.
El espectáculo comenzaba y aquel depredador después de unos segundos de inmovilidad avanzó hacia su presa con la intención de atacar. Aquella sed de sangre podía verse bien reflejada en los ojos del carnívoro, unas ansias de acabar rápidamente con la vida de la presa, simplemente fascinante, no había una mejor forma de nombrarle, aquel espectáculo hacia que el albino dejase de moverse, quedándose estático en el lugar para poder contemplar aquel acto.
Pero en un abrir y cerrar de ojos, una voz la cual provenía de la cercanía hiso que la presa escapase en el acto alarmada gracias a dicho sonoro comentario. – ¡Que pérdida de tiempo! –Musitó el demonio comenzando a caminar hacia el lugar de donde había escuchado aquella voz – ¿No pudiste haber hablado un poco más fuerte? –Le cuestionó con notorio sarcasmo impregnado en su tono de voz, alzando la misma con la completa intención de ser escuchado por la otra persona en aquel lugar.
Liberó un suspiro y llevó ambas manos a los bolsillos de su pantalón relajando un tanto su postura, despreocupado de su entorno en su totalidad, tan solo manteniendo el paso fijo; marcado, firme pero al mismo tiempo con precaución de donde pisaba. El clima en general no era malo, no obstante no era tampoco del agrado del demonio quien en aquellos instantes trataba de no ser afectado en su totalidad por el calor que predominaba en el bosque, producto de los fuertes rayos de sol que por ahora gracias a las robustas ramas de los árboles y el follaje de estas su llegada hacia el albino era prácticamente imposible.
¿Qué hacía ahí exactamente?, si se ponía a pensarlo y analizar la situación simplemente había sido primordialmente una forma de tratar de alejar el aburrimiento de si, y ahora evidentemente se arrepentía de haber hecho caso a si mismo en la ahora tonta idea de ir a dar un paseo al bosque.
Un ruido captó la atención del demonio, haciendo que sacudiera esos pensamientos de si y dirigiendo rápidamente la vista hacia la procedencia de dicho ruido; se trataba de al parecer un carnívoro que trataba de conseguir alimento. Contempló al animal por unos instantes con lujo de detalle, aquellos movimientos cautelosos y elegantes dignos de un cazador llamaron significativamente su atención, distrayéndose al ver como la presa pronto se convertiría en comida de un solo bocado a garras del carnívoro. Los labios del joven de cabellera blanca se curvaron esbozando una ladina sonrisa, le emocionaba y entretenía el ver aquella clase de escenas, recordándole como era el mundo fuera de aquel bosque cuyo único paisaje se concentraba en miles y miles de árboles los cuales hacían de hogar para la innumerable cantidad de animales que en dicho hábitat vivía.
La vida misma era un simple juego basado en matar o morir, en donde solamente había dos clases de personas, aquellos más audaces e inteligentes que se dedicaban a tomar las oportunidades y pisar a quien se tuviese que pisar para conseguir sus objetivos; los depredadores, o bien aquellos seres débiles que se dejaban pisotear siendo estos las presas.
El espectáculo comenzaba y aquel depredador después de unos segundos de inmovilidad avanzó hacia su presa con la intención de atacar. Aquella sed de sangre podía verse bien reflejada en los ojos del carnívoro, unas ansias de acabar rápidamente con la vida de la presa, simplemente fascinante, no había una mejor forma de nombrarle, aquel espectáculo hacia que el albino dejase de moverse, quedándose estático en el lugar para poder contemplar aquel acto.
Pero en un abrir y cerrar de ojos, una voz la cual provenía de la cercanía hiso que la presa escapase en el acto alarmada gracias a dicho sonoro comentario. – ¡Que pérdida de tiempo! –Musitó el demonio comenzando a caminar hacia el lugar de donde había escuchado aquella voz – ¿No pudiste haber hablado un poco más fuerte? –Le cuestionó con notorio sarcasmo impregnado en su tono de voz, alzando la misma con la completa intención de ser escuchado por la otra persona en aquel lugar.
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